Enfermedad de Alzheimer: Generalidades y su tratamiento con enfoque físico.
En el marco conmemorativo del Día del Alzheimer, el cual se celebra el día 21 de Septiembre a nivel mundial, queremos dedicar este espacio para explicar de manera sencilla las generalidades de esta enfermedad, y de manera especial, referirnos al aporte que la fisioterapia puede brindar a las personas que la padecen.
La enfermedad de Alzheimer es el tipo de demencia más común, representando el 70% de todos los casos de demencia a nivel mundial. Suele iniciar en personas mayores a los 65 años de edad. Cursa con pérdida de memoria de eventos recientes, seguido por otros síntomas como afectación del lenguaje, la función ejecutiva y las habilidades visuoespaciales. También están asociados los cuadros depresivos, la ansiedad y los problemas de conducta. (Organización Mundial de la Salud, 2022) (Elsevier, 2022)
Para términos prácticos, se clasifica de la siguiente manera:
- Deterioro cognitivo leve por Enfermedad de Alzheimer: Relacionado al deterioro leve de la memoria, y no asociado a otra causa. Se preserva la independencia funcional y sin deterioro significativo social u ocupacional. Se ve reflejado principalmente en la memoria episódica del paciente.
- Demencia por enfermedad de Alzheimer: Caracterizada por presencia de deterioro cognitivo más deterioro funcional, el cual no se atribuye a otra causa aparente. (Elsevier, 2022)
Actualmente, el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer tiene un abordaje multidisciplinario, cuyos objetivos serán mejorar los síntomas propios causados por la enfermedad, así como aquellos síntomas producidos por las condiciones asociadas (depresión, ansiedad, agresión, entre otros). En etapas avanzadas, el objetivo principal será proporcionar medidas de comodidad y calidad de vida al paciente. (Elsevier, 2022)
Existe una gran gama de medicación que se utiliza para retrasar la progresión del deterioro cognitivo, así como el control de la sintomatología, sin embargo, no vamos a profundizar en este tema debido a su especificidad.
¿Cómo ayuda el fisioterapeuta?
Por su parte, el tratamiento también puede incluir un enfoque físico, buscando potenciar las necesidades del paciente, es en esta área donde interviene la fisioterapia. La fragilidad física y el deterioro cognitivo tienen una estrecha relación, compartiendo bases fisiológicas así como sintomatología, dando como resultado la alteración de la marcha, caídas, discapacidad y mortalidad. Se ha demostrado que los pacientes mayores de 65 años con demencia, tienen el doble de riesgo de sufrir caídas en comparación de un adulto mayor sin demencias asociadas. (Puente González, et al., 2021)
En un estudio reciente, se diseñó un programa multimodal de ejercicio físico que se aplicó durante 6 meses a un grupo de personas con Alzheimer. El programa incluía una fase de calentamiento, una fase principal la cual incluyó ejercicios aeróbicos, de fuerza y agilidad; y una parte final de relajación. Las sesiones de ejercicio eran lideradas por un fisioterapeuta y los ejercicios adaptados de acuerdo a las capacidades de los participantes.
Luego de los 6 meses, se demostró que el grupo de participantes que completó el programa de ejercicios, tuvo resultados beneficiosos y significativos sobre las funciones de marcha y el equilibrio; presentando un cambio notorio desde el primer mes de aplicación del programa. Esto sugiere que un programa de ejercicios adaptado a pacientes con Alzheimer, puede mejorar los patrones de marcha y reducir significativamente el riesgo de caídas. (Puente González, et al., 2021)
Por su parte, en la Universidad de Uppsala en Suecia, se hizo un estudio de caso de dos hombres adultos mayores con la enfermedad de Alzheimer. El objetivo del estudio fue evaluar la percepción de la actividad física y la adaptabilidad del ejercicio de dichas personas, así como el resultado de una actividad física constante en el estado de ánimo.
Por medio de observación y entrevistas tanto a los cuidadores como a las personas con Enfermedad de Alzheimer, se determinó que la actividad física constante y sencilla, como una caminata al aire libre, tiene efectos positivos en el bienestar y la salud en general. Aunque también resalta la importancia de adaptar dichas actividades al paciente, con el fin de que dichos ajustes traigan resultados positivos. (Cedervall & Aberg, 2010)
La actividad nos mantendrá activos
Queda demostrado que el ejercicio y la actividad física en personas con Alzheimer, deben de ser parte de su tratamiento integral, sin embargo, en ambos casos se destaca la importancia de que dichas actividades sean personalizadas para cada caso, y dirigidas por un profesional con el conocimiento necesario para dirigir dicho proceso. En nuestra clínica les ofrecemos el acompañamiento necesario para iniciar con un tratamiento físico, guiado y adaptado, enfocado en mantener las capacidades y retrasar el avance de la enfermedad.